Perdedores
- Meritxell OA
- 13 abr 2018
- 1 Min. de lectura
Perdimos abrazos, pero no unos cualquiera, abrazos fuertes que sanan heridas e incitan a sonrisas. Perdimos la magia de hablar sólo con los ojos, de demostrar cariño sin decir una palabra, del amor incondicional de unos niños. Cambiamos despertar juntos por placeres de una noche. Perdimos besos que iluminaban tus ojos, y cerraban los míos, perdimos caminar de la mano los lunes, los martes y todos los días de la semana. Perdimos sinceridad, confianza y sentimientos que no se pueden describir con palabras. Perdimos despertarnos con los buenos días de la persona que quieres y cuentos de buenas noches, esos que te hacían sonreírle sin motivos a la almohada. Perdimos intentar ser cada vez mejores, yo por ti y tú por mi. Perdimos, tú y yo sólo perdimos. Y ganó, ganó el orgullo, el miedo a que el otro se fuera, el dolor de sentir de diferentes maneras. Ganó la inestabilidad, el querer lo que no se tiene, el siempre querer más. Ganaste engaños, que mi mirada dejara de ser limpia, que nuestros caminos dejaran de ser uno, ganaste indiferencias. Y ahora que no estás aquí, y no tengo nada que perder porque ya no te quiero, ni nos queremos, confieso que echo de menos sentir lo que por ti sentía, pero cariño, no te ilusiones, nunca volveré a estar a tu lado.
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