Imperfecta

Como bien sabrás, no soy perfecta, aunque te pienses que no sé reconocerlo. 

Tengo mal humor recién levantada si no hay desayuno en cama, suelen tacharme de prepotente, puedo llegar a ser muy cabezota cuando tengo razón, fría de primeras, por no hablar de mi orgullo que está siempre por encima de todo y todos.

Pero aún así, podría haber llegado a ser lo que llevas desde hace tiempo buscando, la chica de tu película, la sonrisa de los domingos, y tu beso bajo la lluvia. La luz de tus malos días y el extásis de euforía en tus triunfos. Podría haber llegado a quererte a base de noches de caricias infinitas mientras te duermes soñando con nosotros. Te habría roto esos miedos que no te dejan estar conmigo, y te hubiera dado mil y una razones, o mil más, porque sé que sabes que estás hecho para mi. Te habría susurrado al oído que te odio, aunque desmentido por mis ojos, y me llenarías de verde brillo con tu mirada. Disfrutaría de verte reir, de ver como duermes, de tu olor y de morder tus labios de patito que tanto me gustan. Te agarraría de la mano fuerte, porque no voy a soltarte si tu no me sueltas. Te habría llegado a querer, tanto, que me asusta.

Y es que podría haber llegado a hacerte muy feliz, pero el miedo te gana.